Si dejamos la gran urbe de Barcelona en Cataluña, y nos internamos hacia el noreste hacia la comarca del Vallés en dirección Moía, entraremos en el conocido valle del río Ténes, lugar de gran belleza natural, conocido por sus saltos de agua, sus desfiladeros y barrancos. En la confluencia entre el Vallés occidental y el Vallés oriental, en un valle aislado y rodeado de montañas, aparece un pueblo milenario denominado Gallifa que sorprendentemente o dista sólo unos 40 km. de la ciudad de Barcelona.
La belleza estética del lugar impacta al visitante que llega por una olvidada carretera llena de curvas y poblada de árboles plataneros, ya que el pueblo se alza entre un valle y un despeñadero, y está flaqueado por una elevada montaña denominada el Farell ( 784 mts) , y por una meseta con forma escalonada de despeñadero denominada San Sadurni.
La localidad de unos 200 habitantes tan sólo, posee en una colina cercana un santuario único en toda la geografía española, se trata del Santuario de la Madre de Dios de la Ecología, construido sobre las ruinas de un antiguo castillo medieval del siglo XIII que a su vez se alzo sobre una fortificación ibérica del siglo VI antes de Cristo . Para los habitantes de la época megalítica Gallifa era un lugar sagrado, también lo fue para los Iberos que construyeron en él, posiblemente un templo y lo fue asimismo para los barones medievales del la Edad media, que construyeron una ermita románica en la cima del castro y varias más en los alrededores.
EL SANTUARIO DE LA ECOLOGÍA
La historia del Santuario de la Ecología es moderna pero sorprendente y está ligada a una figura de la disidencia religiosa en España. Hace unos 50 años, un capellán catalán conocido en Cataluña por su concepción social del Cristianismo, conocido como Mossén Dalmau , tras una serie de avatares en su vida social y política (tuvo grandes problemas con la ortodoxia vaticana española, y fue perseguido por el franquismo) fue recluido por el obispo de Vic en este apartado lugar con la esperanza que dedicado a un pueblo de escasos feligreses, perdido entre valles y montañas, dejase de una vez por todas su activismo socio político. El resultado de este exilio fue lo contrario de lo que esperaba el obispo, ya que Mossén Dalmau en la línea de otros capellanes comprometidos como LM, Xirinacs o J. Verdaguer , se giró hacia la enorme naturaleza del lugar y advirtió que aquel paradisíaco y perdido pueblo tenía en una colina las ruinas de un castillo y de una ermita que podían restaurase y convertirse en un centro espiritual de primer orden.
Mossén Dalmau advirtió que la ecología era la nueva cosmovisión que podía salvar al mundo de la contaminación y de la destrucción de las culturas aborígenes y minoritarias, y empezó a barruntar dedicar el santuario a una nueva concepción de la espiritualidad de carácter ecológico. Pero todo santuario debe tener una imagen protectora, y la antigua imagen venerada en la capilla románica, la Madre de Dios del Castillo, había sido destruida durante la guerra civil española. Por suerte amigos de Mossén Dalmau localizaron en un anticuario de Barcelona una verdadera virgen románica con niño, que procedía del norte de Cataluña y que tras los análisis sorprendentemente mostró ser del siglo XII, precisamente la época de construcción del castillo de Gallifa. Sin embargo había que convencer al obispo de la diócesis y para ello se necesitaba un buen argumento teológico.
A finales de los años cincuenta Mossén Dalmau reflexionando sobre el destino y el nombre de un futuro santuario realizó un viaje a Turquia y visito las ruinas de la antigua ciudad helena de Éfeso, que a la sazón estaba siendo excavada por arquélogos germanos. Al visitar una de aquellas plazas en excavación, una extraña piedra en una baldosa atrajó su atención y tuvo la extraña corazonada de que debía de alzarla. Debajo de la losa encontró una estatuilla mutilada de la diosa Artemisa , la diosa a la vez virgen y madre de la naturaleza y sus criaturas que había tenido su santuario en Éfeso en tiempos helenos, precisamente una de las siete maravillas del mundo antiguo. Este hallazgo dejo vivamente impresionado a Mossén Dalmau, y cuando volvió a Cataluña empezó a pensar que había tenido una sincronicidad ya que si reflexionamos sobre el hecho que Maria había sido proclamada al mismo tiempo virgen y madre en el concilio ecumènico de Éfeso,(431 d.C); esta teología mariana coincidía precisamente en su filosofía con el mito de Artemisa, que trata de mostrar a nivel simbólico que virginidad y fertilidad no están contrapuestos, sino que son conceptos en armonía. De esta forma Mossén Dalmau instalo en el santuario dos imágenes de la Virgen de la Ecología: una, la románica catalana, y la otra la reproducción de la Diana de Éfeso, universal, y que en el mundo antiguo era la diosa virgen y fértil, protectora de los bosques y los animales. De esta manera la idea de la ecología religiosa, adquiría una continuidad entre animismo, paganismo, cristianismo y la ecología actual en la figura de la diosa femenina y encontraba su razón teológica. Mossén Dalmau expuso entonces su tesis de la necesidad de recuperar la idea del Dios natural, alejado de la liturgia y los prejuicios católicos precisamente a través de es nueva concepción mariana.
ESPIRITUALIDAD Y ECOLOGÍA
La espiritualidad ligada a la naturaleza fue de hecho la primera religión terrestre: el animismo. Más tarde la espiritualidad unida a la naturaleza también llamado Panteísmo antiguo, cristalizó en religiones politeístas. Tras la aparición de los Monoteísmos incluido el cristianismo, la naturaleza perdió su predominancia en la religión. En el siglo XVII un filósofo judío llamado Spinoza de origen portugués, formulo por primera vez el Panteísmo moderno. La tesis de fondo del Panteísmo moderno afirma que lo Divino y la naturaleza no pueden entenderse por separado, y que cualquier intento de conocer lo divino, pasa por conocer la naturaleza ya que en ella se oculta el verdadero camino a Dios y la espiritualidad. El panteísmo moderno admite como heredero de la antigua tradición pagana la existencia de una Palingenesia o teoría de la reencarnación de las almas en la naturaleza. El panteísmo fue también defendido por el Romanticismo alemán y personalidades como Goethe o Hölderlin y ha desembocado en nuestros días en la sensibilidad espiritual ecológica por la naturaleza.
El Cristianismo ortodoxo combate el panteísmo o neopaganismo, pero existe una tradición de Cristianismo gnóstico de los primeros años del cristianismo, i mas tarde en los cátaros que puede coexistir perfectamente con la doctrina del panteísmo; y en esa vía histórica se inspira Mossén Dalmau para sus reflexiones teológicas en el santuario. Se trata de contemplar a Jesús como un profeta inspirado cuyas tesis y palabras no sólo ha de aplicarse al ser humano, sino a todas las criaturas y a al mismo planeta algo que en la actualidad armoniza con la “hipótesis Gaia”. El amor ha de ser extendido a todas las criaturas de la naturaleza.
ITINERARIO PROPUESTO
Una vez dejamos a tras la urbe de Barcelona, debemos dirigirnos por la cuenca del río Besos y luego Congost hacia la autovía que conduce a Vic, al llegar a Mollet del Valles torceremos hacia el pueblo de Paláu i Solita, y luego hasta Caldes de Montbui , localidad termal con fuentes termales ya explotadas por los romanos y en la que se conservan en buen estado construcciones romanas de la época de la República. Continuaremos luego hacia Sant Feliu de Codines en ruta hacia Moia. No lejos de Sant Feliu de Codines a unos 8 km podemos visitar la ermita de Sant Miguel del Fai, lugar de apasionante belleza en los despeñaderos del río Tenes, que atesora aparte de la ermita románica una impresionante cascada.
Desde Sant Feliu cogeremos luego una carretera comarcal que originalmente conduce a Sant Llorenç Savall, y que nos llevará en unos 8 km. a Gallifa. El pueblo aparecerá a nuestros ojos de forma idílica, su estética ha hecho que en los últimos años docenas de artistas se instalen en sus contornos. En la localidad encontramos la Iglesia románica de San Pere i Sant Feliu, con un cementerio ancestral con algunas sepulturas paleocristianas. Desde Gallifa podemos realizar interesantes excursiones pero quizás la más emblemática consiste en la ascensión a la cima de los farallones de Sant Sadurni. En la misma meseta cima que nos recuerda la mesetas del Matto Grosso en Brasil, nos toparemos con la capilla románica de San Sadurni, de gran belleza, expuesta a rayos y tormentas a casi 800 mts. de altura.
VISITA AL SANTUARIO DE LA ECOLOGÍA
A unos 4 km del pueblo de Gallifa en dirección a Sant Llorenç Savall, encontraremos en el bosque de pinos y encinas la entrada hacia el santuario. Recorreremos una pista forestal de unos 300 mts hasta llegar al pie de la colina donde deberemos dejar nuestro vehiculo para ascender luego a pie por una rampa hasta las primeras murallas medievales. Uno de los lienzos de la muralla procede de fortificaciones ibéricas en torno al siglo VI antes de Cristo, lo que da a las fortificaciones un aire de castrum megalítico. Una vez dentro del recinto amurallado iremos ascendiendo por la ladera hasta la cima de la colina en donde se yergue la ermita medieval hoy en día convertida en el Santuario de la Ecología. En el lugar suelen vivir ermitaños en busca de la paz que no han encontrado en urbes cercanas. En la capilla podemos admirar la reconstrucción de la Artemisa de Eféso que Mossén Dalmau encontró en Asia Menor, y también la imagen románica de la Madre de Dios de la Ecología. Las paredes de la ermita están cubiertas de lienzos con imágenes de la evolución de lo divino desde Akhenaton hasta la llegada de Jesús. Sobre la ermita existe una sala en la que se proyectan algunos audiovisuales sobre la espiritualidad del santuario.
Pero quizás el climax de la visita lo constituye la visión que desde lo alto de la colina uno tiene de la montaña del Farell, frente al Santuario y de los despeñaderos de Sant Sadurni; uno queda anonadado por la gigantesca pared verde que se alza a poca distancia de la colina, mientras que a nuestros pies yacen los diseminados caseríos del pueblo de Gallifa. Precisamente en este mirador a la montaña, encontramos instalado un monolito en que el que podemos leer el decálogo de espiritualidad y ecología -Una Mirada paradojal de la Naturaleza- de forma que uno puede frente a este sublime paisaje, ir reflexionando sobre una nueva espiritualidad ligada con el planeta.
A nivel energético el lugar más propicio por su telurismo es sin lugar a dudas la cima de la colina donde se halla la ermita medieval. En la entrada de la ermita geo-biológos han señalado la terraza de la entrada como el lugar más beneficioso para los peregrinos.
ES MUY IMPORTANTE RECONOCER LOS MARAVILLOSOS LUGARES dentro de este gran planeta pero en cualquier LUGAR POR MAS ESCONDIDO O LEJANO QUE UNO VISISTA VIAJES REDONDOS A TRAVES DEL MUNDO Y EN MI CASO POR LOS LIBROS Y POR LA GRAN TECNOLOGIA AHORA AL ALCANCE DE TODOS INTERNET EXISTE UNA PALABRA CLAVE EN CUALQUIER REGION O CULTURA PUEBLO CIUDAD ETC. ¿ POR QUE ? DI POR QUE ERES VIEJITA DI POR QUE RECORDANDO UNA VIEJA CANCION DE CRI CRI EL GRILLITO CANTOR DE LA EXISTENCIA DEL HOMBRE Y AUNQUE SEAMOS HUMONOS TENEMOS CARACTERISTICAS MUY PARTICULARES COMO GENERO HUMANO Y CUALQUIER LUGAR QUE MI IMAGINACION PISA ES TAN VALIOSA LA TIERRA EN LA QUE YO VIVO COMO LE CUALQUIER OTRA TRIBU O RAZA ALGUNAS VECES OTRAS PERSONAS VALORAN MAS LO AJENO QUE LO PROPIO PERO EN MI OPINION CADA UNO APORTA ALGO DISTINTO A ESTE PLANETA Y ES TAN IMPORTANTE COMO EL CERRO MAS CERCANO A MI CASA Y TAN BONITO COMO LOS PARQUES Y LUGARES EN DONDE HABITO
Gracias, Alfredo por tu extenso comentario.
Si te gusta la naturaleza y la cultura, te recomiendo que leas la novela «Hiperion» de F. Hölderlin.
Salus per naturam (a la salvación por la naturaleza)